¿En qué consiste?
Tratamiento, prevención y estabilización de las diferentes enfermedades del aparato respiratorio con el fin de mantener o mejorar la función respiratoria.
¿En qué casos está indicada?
En toda enfermedad respiratoria que curse con aumento de secreciones, dificultad respiratoria, problemas secundarios en la alimentación y el sueño: catarros de vías altas, infecciones respiratorias como las bronquiolitis, bronquitis y neumonías, niños con enfermedades neurológicas y neuromusculares, y enfermedades congénitas como la fibrosis quística.
La fisioterapia respiratoria nunca sustituye al tratamiento médico, sino que lo complementa haciéndolo más eficaz. En muchos casos disminuye la necesidad o cantidad de medicación y evita el ingreso hospitalario.
¿Cómo es la intervención terapeútica?
Las técnicas utilizadas dependerán de la auscultación pulmonar. Las que más se utilizan son los lavados nasales para la desobstrucción de vías altas, nebulización para fluidificación de secreciones y variación de flujos respiratorios para movilizar mucosidad o expectorar.
Hasta los dos años todas las técnicas utilizadas son pasivas; a partir de los dos años se combinan con técnicas activas.
La fisioterapia respiratoria no es dolorosa. Es normal que los bebés lloren durante la sesión, pero esto es beneficioso porque ayuda a movilizar con más eficacia las secreciones.